El diseño de calles, parques y plazas es uno de los principales factores que condicionan el uso de los espacios públicos y, por tanto, también determina el comportamiento de las personas en estos lugares

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Según una encuesta publicada recientemente por el Center for Activity Design (CfAD) con el apoyo de la Fundación Knight, la encuesta encuestó a 5.188 residentes en 26 ciudades de Estados Unidos. Hay tres indicadores que afectan la percepción y el compromiso de los residentes en estos espacios de la ciudad.

El primero, «diseño y mantenimiento del parque», corresponde a la conciencia comunitaria que se forma entre los residentes en función de la distancia del entrevistado al parque y el estado de las instalaciones del parque.

En este punto, la encuesta mostró que las personas que viven a 10 minutos del parque tienen una mayor participación cívica que las personas que viven cerca de calles concurridas.

Esta visión se explica porque los parques suelen verse como el resultado de una gestión pública eficiente. De hecho, el 29% de los encuestados dijo estar satisfecho con el departamento de parques y recreación de la ciudad, el 14% estaba satisfecho con la policía y el 13% estaba satisfecho con el alcalde.

En cuanto al mantenimiento del parque, la valoración depende del estado de la instalación. Dentro de los parques se da especial importancia al estado de los campos deportivos, los parques infantiles y los centros de entretenimiento siendo estos más importantes para los residentes que los carteles informativos y las atracciones para mascotas.

Por tanto, en comparación con la situación donde no hay asientos ni mesas, la percepción negativa del mal estado del lugar genera una menor participación ciudadana, lo que no despierta percepciones negativas. El motivo de esto es que, como se muestra en la figura siguiente, algunos proyectos tienen escala propia para la ciudadanía, estableciendo un mantenimiento medio, alto y obligatorio (de izquierda a derecha).

El segundo indicador «orden (y caos) vecinal» viene dado por el estado y mantenimiento de las instalaciones y espacios públicos cercanos al lugar de residencia del encuestado.

Los espacios que más interesan son fundamentalmente la basura y el cuidado y limpieza de las calles.

Como era de esperar, la basura reducirá el compromiso cívico de los encuestados. Incluso cuando tienen que elegir entre los siete elementos que cambian en la comunidad (incluido el crimen, el tráfico y el ruido), el 23% de las personas tiende a eliminar la basura.

En cuanto a los sitios vacíos, el panorama ha cambiado más porque para algunos sitios son un desafío, y para otros, una oportunidad. Por lo tanto, los encuestados que encontraron que no había espacios abiertos cerca de sus hogares mostraron un mayor nivel de participación cívica.

Por el contrario, a medida que la distancia entre la casa del encuestado y el sitio se acerca a las 3 manzanas o menos, el compromiso disminuye porque se interpreta que a las autoridades no les importa el espacio de intervención.

El tercer y último eje, «Bienvenidos a los Edificios y Espacios Municipales», tiene como objetivo medir cómo se sienten los vecinos sobre los lugares mencionados anteriormente.

Por esta razón, ciertos elementos de diseño se definen como soporte de la vida pública al integrarse adecuadamente en la escala de la ciudad. Este indicador incluye elementos como muebles y decoraciones del jardín o parque en cuestión. Dentro de las comodidades de una ciudad, destacan las zonas que tienen asientos, ya que los ciudadanos consideran que facilitan la participación ciudadana.

Asimismo, el correcto mantenimiento de la vegetación se traduce en un aumento de la confianza en la gestión en un 6%, frente al -11% de los vecinos en zonas donde los árboles y los jardines son escasos, dando así la población una gran importancia a las zonas verdes.